El sexo es uno de los pilares en los que se asienta una relación sentimental ya que, además de proporcionar placer, también contribuye a reforzar la intimidad, confianza y el vínculo con la pareja.
Sin embargo, muchas parejas presentan problemas con el sexo, como por ejemplo una baja satisfacción sexual o malestar frente a las relaciones sexuales, y es muy posible que se deba a una
mala, o ausente, comunicación entre ambos, es decir, por no hablar de sexo con su pareja.
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Toggle¿Cómo hablar de sexo?
En muchas ocasiones no hablamos de sexo abiertamente con la pareja respecto a gustos, apetencias, deseos, insatisfacciones sexuales, etc. por pudor, vergüenza o miedo a que no lo entienda, a herir sus sentimientos o a que se enfade.
Hablar de sexo es fundamental para disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria; por eso en este artículo os facilitamos 7 tips para saber cómo afrontar esa situación, cómo
hablar de sexo con tu pareja de la mejor forma posible.
– Elegir bien el momento
El sexo es un tema sensible por lo que resulta fundamental saber cuándo sacar el tema. Se trata de escoger un momento en que el estado de ánimo de nuestra pareja sea favorable.
En este sentido, tú lo/la conoces bien y sabes cuándo está más cansado/a, más enfadado/a, más tolerante, más abierto/a, dispuesto/a, frustrado/a, etc. Trata de escoger el momento adecuado, cuando esté de buen humor, tranquilo/a, sin preocupaciones ni tareas pendientes y su nivel de cansancio no sea muy elevado para que así pueda prestarte la atención que mereces.
Además, también puede especialmente beneficioso anticipar a tu pareja el tema sobre el que quieres hablar, no sorprenderle, sino darle una especie de “adelanto”, siempre desde un punto de vista positivo y transmitiendo que lo que se busca es mejorar y crecer como pareja.
– Elegir bien el lugar
Al igual que es fundamental saber escoger el momento adecuado, la elección del lugar en el que tener esa conversación tiene la misma importancia.
Aquí resulta interesante encontrar un espacio tranquilo y cómodo, donde nadie pueda interrumpiros y con los menos distractores posibles (por ejemplo, hijos, amigos, la televisión). El lugar preferiblemente será privado, pero diferente al que utilicéis para mantener relaciones sexuales o para hablar de temas más cotidianos (cómo ha ido el día,temas políticos, económicos o familiares), intentar encontrar un espacio en el que podáis compartir vuestras preocupaciones, deseos, inseguridades, etc.
Aunque lo más recomendable es un lugar privado, también se puede escoger un lugar público como, por ejemplo, una cafetería o restaurante (aunque es posible que resulte más incómodo). Sea cual sea la decisión, aseguraros de estar sentados el uno frente al otro y de que existe contacto visual ya que la comunicación no verbal es igual, o incluso más, importante que la verbal.
– Focalizar el tema
Posiblemente existan varios aspectos de tu vida sexual que te gustaría tratar con tu pareja para poder cambiar y mejorar y, por tanto, aumentar la satisfacción sexual. A pesar de esto, y teniendo en cuenta que los sentimientos que surgen con las conversaciones sobre sexo son bastante complejos, no es conveniente tratar varios temas o preocupaciones a la vez, sino hablarlos y resolverlos por separado, de uno en uno.
Las conversaciones sexuales han de ser breves, concisas y focalizadas en un tema específico, evitando abordar otros asuntos ya que, tratando muchos temas a la vez, es posible que se pierda el objetivo de esa conversación y conduzca a tensiones y malentendidos entre la pareja.
Por tanto, es importante reflexionar sobre qué tema específico quieres hablar, dejando de lado otros temas o preocupaciones pendientes, que podrán abordarse en siguientes conversaciones. Por
ejemplo, si te preocupa tu dificultad para llegar al orgasmo y la atracción sexual de tu pareja hacia ti, sería mejor abordarlos en dos conversaciones distintas, sin mezclar ambos temas.
– Actitud positiva y sugerir soluciones
Dado que hablar de sexo, en ocasiones, puede resultar hiriente, es muy importante empezar las conversaciones centrándote en los aspectos positivos de tu vida sexual, en aquello que te gusta. Esto
resultará especialmente útil para que tu pareja no se frustre, se desmotive ni se sienta atacado/a o juzgado/a, sino todo lo contrario, para que mantenga la mente abierta y pueda valorar puntos de vista distintos al suyo.
Tras remarcar los aspectos positivos, resulta igual de importante no expresarse en forma de queja ni reproche, sino de sugerencia, siempre presentándola junto con una propuesta, una alternativa, y, tras esto, preguntar sobre la opinión que tiene al respecto.
El objetivo es que ambos valoréis las perspectivas del otro, os sintáis escuchados, respetados, podáis proponer posibles soluciones y llegar a un consenso, a un punto en común.
– Asertividad
La asertividad es una habilidad comunicativa por la que podemos expresar de forma clara, honesta y directa nuestros pensamientos, sentimientos, opiniones, necesidades, etc., siempre desde un marco de respeto, tanto a uno mismo como a la persona con la que nos estamos comunicando. Poniendo en práctica la asertividad conseguimos dos objetivos, el primero ser capaces de transmitir
aquello que nos inquieta o nos preocupa y, además, también que la otra persona no se sienta juzgada ni atacada y, por tanto, no tenga la necesidad de defenderse, manteniéndose más abierto/a a escuchar y entender.
Para ello, se pueden poner en práctica diversas estrategias como son, entre otros, el uso de mensajes yo, centrados en explicar el propio punto de vista sin caer en responsabilizar, culpar o criticar al otro miembro de la pareja (yo pienso, yo siento, me gustaría…) y la técnica del sándwich con la que se realiza un comentario negativo o se sugiere un cambio de conducta de la siguiente forma: mensaje positivo + comentario negativo + comentario positivo.
– Regulación emocional
Como ya hemos comentado, hablar sobre sexo es un tema que puede resultar complicado y que, en muchas ocasiones, supone la aparición de emociones complejas y desagradables como pueden ser la frustración, la rabia, la tristeza, etc.
En este sentido, resulta fundamental conocerse a uno mismo, saber cómo se experimentan las emociones, qué las desencadena y, sobre todo, qué estrategias podemos poner en práctica para regularlas, conseguir reducir su intensidad y poder mantener la calma, de forma que no nos dejemos llevar y actuemos siguiendo los impulsos emocionales, pues después nos podemos arrepentir.
Al igual que es importante conocerse a uno mismo, lo es conocer a nuestra pareja. Cada uno necesita dejar pasar un tiempo determinado para no dejarse llevar por la emoción, por la parte emocional de nuestro cerebro. Este tiempo puede ser igual, o no, en ambos miembros de la pareja, pero siempre ha de respetarse ya que, de lo contrario, muy posiblemente desemboque en un conflicto entre ambos, diciendo cosas hirientes hacia la otra persona.
– Hablar frecuentemente
Por último, es importante que hablar de sexo no sea algo aislado, sino que forme parte natural de la dinámica entre la pareja. Hablar por primera vez puede resultar complicado, pero conforme se vaya introduciendo y practicando con más frecuencia va siendo más sencillo, pues hablar sobre sexo deja de ser un tabú.
Además, es importante hablar no únicamente cuando existe algo que nos genera malestar, o cuando no nos sentimos cómodos/as, ya que un miembro de la pareja puede estar satisfecho y contento a nivel sexual, pero eso no implica que el otro lo esté, por lo que nunca está de más preguntar.
En este sentido, el uso de preguntas como ¿qué te gustaría hacer?, ¿cuáles son tus fantasías?, etc. Además de mejorar la satisfacción sexual, también ayudan a aumentar el deseo en la pareja.
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