Seguro que alguna vez has escuchado frases como: “ese tío tiene un foot fetish” o “le va el rollo de los disfraces”. No son rarezas, son súper comunes.
Los fetiches sexuales más comunes en hombres no son tan secretos como parece, nisiquiera tan raros… De hecho, la mayoría de los estudios dice que gran parte de los varones ha fantaseado alguna vez con algo que entra en la categoría de “fetiche”. Y sí, hablamos de pies, ropa interior, BDSM y mucho más.
En este artículo te contamos los fetiches más habituales, qué dicen los estudios y por qué deberíamos dejar de verlos como algo raro.
Tabla de contenidos
Toggle¿Qué es un fetiche sexual?
Un fetiche sexual se produce cuando la excitación erótica se centra en un objeto, una parte del cuerpo o una situación concreta.
En otras palabras, el fetiche actúa como un “disparador” del deseo. Puede ser algo muy específico (unos zapatos, un uniforme, los pies) o una dinámica (el juego de dominación y sumisión).
Lo importante a recordar:
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No es una enfermedad. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), solo hablamos de trastorno cuando el fetiche genera malestar intenso o afecta negativamente a la vida sexual y personal.
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Es más frecuente de lo que se cree. Varios estudios poblacionales confirman que la mayoría de los hombres ha tenido algún tipo de experiencia fetichista.
Los fetiches sexuales más comunes en hombres
1. Foot fetish (pies)
👣 Este es el fetiche estrella. Aparece constantemente en redes sociales, memes y conversaciones, y la ciencia confirma su popularidad.
¿Por qué los pies? Hay varias teorías:
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A nivel cerebral, la representación de los pies y los genitales está muy cerca en la corteza somatosensorial, lo que podría explicar la conexión.
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Los pies suelen estar asociados con lo prohibido o lo “oculto”, lo que potencia el atractivo.
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La cultura pop también los ha visibilizado en películas, series y pornografía.
Según un estudio de Joyal y Carpentier (2017), hasta un 47% de los hombres con intereses fetichistas reporta atracción por los pies.
2. Lencería y ropa interior
La ropa íntima es uno de los fetiches más extendidos. ¿Por qué excita tanto?
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La lencería suele simbolizar sensualidad, juego y misterio.
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Para muchos hombres, la excitación viene tanto del acto de mirar como de imaginar lo que hay debajo.
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En algunos casos, también se da la excitación por usar prendas femeninas (cross-dressing).
Este fetiche tiene raíces culturales y visuales: desde la publicidad hasta el cine, la lencería está cargada de connotaciones eróticas.
3. BDSM: dominación y sumisión
El BDSM ha dejado de ser un tabú para convertirse en algo mainstream. La saga 50 sombras de Grey (por muy criticada que fuera) ayudó a normalizarlo.
Los hombres que tienen este fetiche disfrutan de dinámicas de poder:
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Dominar: tener el control, dar órdenes, marcar el ritmo.
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Ser dominados: dejarse llevar, perder el control, obedecer.
El BDSM no siempre implica dolor. Puede incluir desde un simple vendaje en los ojos hasta prácticas más intensas. Lo que realmente engancha es la confianza y el juego psicológico.
Según investigaciones, alrededor de un 26% de hombres ha fantaseado con prácticas de dominación o sumisión.
4. Uniformes y disfraces
Enfermeras, policías, profesoras… Los uniformes despiertan excitación por lo que representan: poder, autoridad, cuidado, prohibición.
El disfraz añade un plus de creatividad: cosplay, superhéroes o personajes de ficción. No se trata solo de ropa, sino de entrar en un rol diferente que despierta la imaginación erótica.
Este fetiche conecta directamente con la fantasía y la teatralidad.
5. Voyeurismo (mirar)
Excitarse observando a otros es otro de los fetiches más frecuentes.
Eso sí:
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En su versión sana y consensuada, hablamos de mirar porno, disfrutar del exhibicionismo de la pareja o participar en encuentros swinger.
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En su versión no consensuada, es ilegal y problemático.
El voyeurismo ha estado presente desde siempre en el erotismo humano, porque conecta con la curiosidad y el deseo de explorar lo prohibido.
6. Role play: actuar fantasías
Aquí hablamos de interpretar escenas eróticas con guion propio: doctor y paciente, jefe y empleada, desconocidos que se encuentran en un bar.
El atractivo está en que permite salir de la rutina sexual y crear un contexto nuevo para el deseo.
Para muchos hombres, este fetiche es una manera de explorar sus fantasías sin sentirse juzgados.
7. Objetos y materiales específicos
Zapatos de tacón, cuero, látex, encaje… Los objetos y materiales pueden convertirse en fetiches potentes.
La explicación está en el simbolismo:
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El cuero y el látex suelen asociarse con poder y transgresión.
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El encaje o la seda, con delicadeza y sensualidad.
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Los zapatos de tacón, con feminidad y estatus.
Este tipo de fetichismo está documentado en la sexología desde hace más de un siglo.
¿Por qué son más comunes en hombres?
Los estudios apuntan varias razones:
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Biología y cerebro masculino
Los hombres tienden a responder más intensamente a estímulos visuales. Eso puede facilitar la asociación entre objetos o partes del cuerpo y la excitación. -
Aprendizajes tempranos
Las primeras experiencias sexuales (fantasías, imágenes, situaciones) pueden marcar preferencias a largo plazo. -
Cultura pop y pornografía
Muchas primeras referencias sexuales masculinas incluyen escenas fetichistas: tacones, medias, BDSM, pies… Eso alimenta el imaginario. -
Menor estigma en verbalizarlo
Aunque la sociedad juzga, los hombres suelen hablar de sus fetiches con más naturalidad que las mujeres, lo que facilita su estudio.
¿Cuándo un fetiche es un problema?
La mayoría de los fetiches son inofensivos y parte de la diversidad erótica.
Se convierten en un problema cuando:
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Son la única forma de lograr excitación.
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Provocan ansiedad, culpa o malestar.
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Implican a personas sin su consentimiento.
En esos casos, conviene buscar ayuda profesional en sexología.
Los fetiches sexuales más comunes en hombres son un recordatorio de que el deseo humano es diverso, creativo y nada aburrido.
Pies, lencería, BDSM, uniformes o role play no son rarezas: son expresiones de la imaginación erótica masculina.
La clave está en tres palabras: consentimiento, respeto y disfrute. Vividos de esa manera, los fetiches no son un problema, sino un condimento más para la vida sexual.
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📚 Referencias
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Ahlers, C. J., et al. (2011). How unusual are the contents of paraphilias? Journal of Sex Research, 48(2-3), 212-222.
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American Psychiatric Association. (2013). DSM-5: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.).
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Moser, C. (2009). When is an unusual sexual interest a mental disorder? Archives of Sexual Behavior, 38(3), 323-325.









